No tengo nada en contra de los productores, exhibidores y difusores, que en su mayoría hacen un trabajo honesto, sino en contra de los responsables económicos que están más arriba y que han creado una cinematografía mediocre y una televisión basura en casi todo el planeta.
Una gran parte de los espectadores de todo el mundo pertenecemos a la clase media. Hemos recibido una educación secundaria. Muchos de nosotros hemos conocido la universidad. Nuestros padres nos dieron una formación aceptable. Nos enseñaron a comer con tenedor y cuchillo. Hemos podido leer algunos libros importantes. Aspiramos a tener una cierta información cultural. Escuchamos música y leemos los diarios. Tratamos de ser abiertos y tolerantes con los demás... ¿Entonces por qué tenemos que tragarnos montañas y montañas de mierda cuando encendemos la televisión? ¿De dónde ha salido esta legión de presentadores y charlatanes, y de obras banales y violentas, que entran a nuestra casa sin permiso, avasallando toda nuestra intimidad y forma de ser? ¿Qué clase de terrorismo audiovisual nos ha caído encima? ¿En nombre de qué “mayoría” se nos quiere imponer esta calamidad? ¿Por qué no hacemos nada para detener esto?
[Patricio Guzmán, entrevistado por Jorge Ruffinelli]