"Podemos olvidarnos porqué estos dos personajes hacen ese pacto tan raro... pero lo que no podemos olvidar es el brillo del encendedor olvidado por uno de ellos, que condensa siniestramente, en una imagen singular, todo el sentido perdido por nuestra memoria pero retenido por esa percepción...
Hitchcock triunfa porque construye su film de tal manera que no podemos olvidarnos de eso, de esa "cosa" que es la Cosa, el índice mismo de lo "real", aunque olvidemos todo lo demás...
Otros pretenden que retengamos la totalidad sin que importen los detalles.
Esto es no tener en cuenta la singularidad irreductible a partir de la cual se construye la imposible totalidad que nunca llegará.
Ese empezar por la totalidad y después ajustar lo singular es lo que constituyó el fracaso de Napoleón, de Julio César, de Hitler, de Stalin... y el triunfo de Hitchcock."
[Eduardo Gruner, J.L.G. El pensamiento del cine]