La primera vez que oí el consejo de “comer sólo comida” fue en un discurso de Joan Gussow, y me desconcertó totalmente. Claro que hay que comer comida - ¿acaso existe algo más? Pero Gussow, que planta la mayor parte de sus alimentos en una franja de tierra de aluvión que se adentra en el río Hudson, se niega a dignificar la mayoría de los productos a la venta en los supermercados con ese nombre. “En los treinta y cuatro años que llevo trabajando en el campo de la nutrición” dijo en el mismo discurso, “he visto como la comida real desaparecía de grandes áreas de los supermercados y de buena parte del resto del mundo de la comida”. Tomando el lugar de la comida en las estanterías un torrente inacabable de sustancias alimentarias lo han suplantado, unos diecisiete mil nuevos cada año, “productos construidos principalmente alrededor del comercio y la esperanza, con un apoyo terroríficamente escaso de conocimiento real”. La comida normal sigue ahí fuera, sin embargo, cultivada y ocasionalmente aún vendida en el supermercado, y esa comida normal es la que debiéramos consumir.
[Michael Pollan, In defense of food]