El 12 de enero de 1992 entró en funcionamiento HAL, el ordenador malvado de la célebre película de Stanley Kubrick 2001, una odisea del espacio. Ese mismo año se estrenó en el mercado Mortal Kombat, un videojuego de lucha que con su éxito marcaría el futuro de este tipo de juegos. Con escenarios y personajes casi fotográficos (los luchadores estaban creados partiendo de la digitalización de imágenes de actores de carne y hueso), el Mortal Kombat se caracterizaba sobre todo por su gran realismo y por su extrema violencia, que causaría una gran controversia, como suele ocurrir en el sector del ocio orientado hacia menores de edad. La “finalización” de los enemigos, en caso de hacerse con la combinación de movimientos adecuada, incluía escenas como la de un combatiente arrancándole la cabeza a su rival, con espina dorsal incorporada. En alguna de las versiones del juego, como la de Nintendo, se eliminó la aparición de sangre, como parte de una política conocida como “Family Friendly”, destinada a hacer los juegos aptos para toda la familia. El final del juego original incluía una presentación de todos los actores que se encargaron de representar a los luchadores. La saga de Mortal Kombat cuenta con casi veinte títulos, el último de los cuales apareció en 2008 para las consolas de nueva generación, en un croossover que enfrentaba a los personajes del videojuego con los del universo de DC Comics (editorial que edita títulos protagonizados por superhéroes clásicos como Batman, Superman o Green Lantern, que aparecen en el juego). El modelo de crossover (mezclar dos “universos” diferentes de personajes) fue empleado con anterioridad en la saga de Street Fighter, en este caso con los súper héroes de Marvel Comics, con la aparición de personajes tan populares como el Capitán América, Lobezno o el increíble Hulk. Tanto Mortal Kombat como Street Fighter cuentan también con versiones cinematográficas de muy dudosa calidad, pero relativo éxito (ambas tienen secuelas, incluida la última de Street Fighter, estrenada en 2009).