domingo, 27 de septiembre de 2009

De cómo Popeye terminó siendo Mario

En 1952 nacieron Esperanza Aguirre, Isabella Rossellini y Shigeru Miyamoto. La historia de este genio no deja de ser sorprendente. En sus inicios era un diseñador de juguetes, pero su afición por dibujar constantemente y su carácter amable y risueño hicieron que sus compañeros le hablaran al jefe de Nintendo de él. El superior le llamó a su despacho y le preguntó si querría diseñar un juego para la empresa. Tras un minuto de silencio en el que se lo pensó (quizá uno de los minutos más importantes de la historia de los videojuegos), Miyamoto dijo “sí”. En breve se presentó con lo que acabaría siendo Donkey Kong. La idea primigenia era hacer un videojuego de Popeye, en la que el héroe tenía que rescatar a Olivia de las garras de Brutus. La compañía no consiguió la licencia del personaje y la historia se reconvirtió. Popeye acabó convertido en Jumpman (que era una primera versión de lo que luego sería el célebre Mario) y Brutus se convirtió en el temible gorila que tiene presa a la chica a la que hay que rescatar. Este juego tuvo un éxito sin precedentes en el mundo de las máquinas recreativas y fue rápidamente incorporado a las consolas de Nintendo de la época. Tras este éxito, Miyamoto se convirtió en el jefe de desarrollo de videojuegos de Nintendo, puesto que sigue ocupando en la actualidad. En total, Mario ha protagonizado más de 200 juegos y su carrera sigue adelante.