Resulta interesante especular sobre qué le va a ocurrir a la inteligencia humana, dado que sobre ella parecen actuar poderosas fuerzas en sentido contrario. Quizás, hace un siglo la fuerza bruta muscular fuera mucho más importante de lo que lo es en la actualidad, pero también puede ser que hace cien mil años el caso fuera justamente el contrario. No sabemos cuál fue el motor de la evolución de nuestros extraños cerebros hambrientos de energía, pero se cree que la capacidad de desarrollarse y adquirir una tecnología fue, probablemente, más una oportuna consecuencia derivada del proceso que no una causa primaria. Se ha formulado una convincente hipótesis que afirma que nuestra inteligencia se ha desarrollado como una herramienta social, es decir, ¡tenemos grandes cerebros porque así podemos cotillear más! ¿Precedió la adquisición del lenguaje a la adquisición de la inteIigencia? No lo sabemos.
[Michael Hanlon, Diez preguntas]