sábado, 31 de julio de 2010
Diálogo con Buñuel - Federico García Lorca
ESCENA PRIMERA
Habitación blanca con muebles de pino. Por la ventana se ven largas nubes dormidas. Los personajes están tomando té.
FEDERICO
Yo no tengo esa sed de viajes que te domina, Buñuel.
LUIS
Pues en mí constituye una obsesión.
AUGUSTO
No siento el deseo de ir a todas partes que tiene éste, pero el viaje a ciertos países me gustaría mucho.
LUIS
En un campo quieto bajo la escarcha y un bosque agitado por el viento encuentro el mismo fruto de emoción. A veces pienso que la tierra es demasiado pequeña ¡y que todo se conoce ya!
FEDERICO
Piensas así porque eres fuerte.
LUIS
No sé qué decirte.
FEDERICO
Yo, en cambio, como Alfonso Karr prefiero viajar alrededor de mi jardín.
LUIS
A mí me das tierra firme y realidad.
AUGUSTO
Creo que los dos podréis viajar en vuestros mundos sin que al final se pueda saber quién trae su zurrón más lleno.
FEDERICO
Tienes razón. Del norte al sur de la veleta del tejado hay la misma distancia que de un polo a otro polo.
LUIS
Absolutamente la misma.
La tarde se va tendiendo lentamente sobre el monte. Cuatro gorriones con las alas abiertas componen por un...
domingo, 25 de julio de 2010
miércoles, 21 de julio de 2010
Pregunta correcta
A pesar de la impresión recibida a través de películas populares, para ser físico no es preciso un conocimiento enciclopédico de ecuaciones y constantes fundamentales, unido a la capacidad para realizar mentalmente complejos cálculos aritméticos con precisión y velocidad robóticas. La física no tiene que ver con la memorización de todas las respuestas, sino más bien con saber formular las cuestiones correctas. Pues cuando se plantea la pregunta correcta acerca de un fenómeno, o bien la respuesta es clara o al menos se manifiesta la manera de cómo se ha de proceder para obtenerla.
Para ilustrar que la formulación de una cuestión correcta puede ser más importante que un saco lleno de respuestas correctas, consideremos el sencillo experimento físico de lanzar una pelota. Hay muchas cuestiones que podemos plantear, tales como ¿qué altura alcanza la pelota?, ¿cuán lejos se desplaza? ¿cuánto tiempo permanece en el aire? ¿a qué velocidad se mueve? ¿cuál es la forma geométrica de su trayectoria? Sin embargo, sostendré la opinión de que hay una pregunta sencilla que implica a todas las anteriores y que va directamente al centro de las cuestiones relativas al movimiento de la pelota. Esa sencilla pregunta es la siguiente: ¿tiene la pelota alguna alternativa?
[James Kalakios, La física de los superhéroes]
miércoles, 14 de julio de 2010
lunes, 12 de julio de 2010
La inteligencia como herramienta social
Resulta interesante especular sobre qué le va a ocurrir a la inteligencia humana, dado que sobre ella parecen actuar poderosas fuerzas en sentido contrario. Quizás, hace un siglo la fuerza bruta muscular fuera mucho más importante de lo que lo es en la actualidad, pero también puede ser que hace cien mil años el caso fuera justamente el contrario. No sabemos cuál fue el motor de la evolución de nuestros extraños cerebros hambrientos de energía, pero se cree que la capacidad de desarrollarse y adquirir una tecnología fue, probablemente, más una oportuna consecuencia derivada del proceso que no una causa primaria. Se ha formulado una convincente hipótesis que afirma que nuestra inteligencia se ha desarrollado como una herramienta social, es decir, ¡tenemos grandes cerebros porque así podemos cotillear más! ¿Precedió la adquisición del lenguaje a la adquisición de la inteIigencia? No lo sabemos.
[Michael Hanlon, Diez preguntas]
martes, 6 de julio de 2010
Criminales
La Teoría del Juego sugiere que es posible que siempre tengamos que soportar a una pequeña proporción de criminales en la sociedad. Según el psicólogo Andrew Colman (Universidad de Leicester), los criminales profesionales pueden elegir una estrategia: pueden hacer lo que quieren o adaptarse. Al mismo tiempo, nosotros podemos aguantar a los criminales o podemos adoptar sus prácticas. La combinación resultante de estrategias y resultados es entonces como el clásico juego del “gallina”. Los criminales y nosotros obtendríamos el mejor resultado si la otra parte se echara atrás y cooperara; por otra parte, el peor resultado posible sería que todos se comportaran como criminales. Usando métodos de la Teoría del Juego, Colman demostró que esto conduce a un estado estable en el que los criminales a los que se saca de circulación son reemplazados por ciudadanos que en tiempos respetaban la ley y que se han visto atraídos por el nicho que han dejado vacío los criminales encarcelados. El resultado es la existencia de un grupo permanente, aunque pequeño, de criminales en la sociedad.
[Robert Matthews, 25 grandes ideas]